Bienvenido. Lee de abajo hacia arriba. O de arriba hacia abajo. O como quieras. O no leas.



sábado, 10 de agosto de 2013

Nosotros, según ella

Ahí te vi. Eras chiquito y sabías poco del mundo, las cartas y los silencios. Yo había olvidado ya quién era y qué hacía ahí. No sé quién nos presentó, tal y como tú tampoco lo sabes. Fuimos de a poquititos. Tú, desnudándote para que sepa quién eres. Yo, para que sepas quién podía ser contigo. Te perdonaba las torpezas y tú los desenfrenos. En lo que dura un invierno comencé a extrañarte. No te necesité antes que tú a mí. Fuimos juntos al pupitre y la chacota, y día a día, andamos. Nos decíamos de todo y frente a todo el mundo. Hasta que un día fue lunes y no estabas. Conté un sinfín de noches con sus lunas. Llegabas, de cuando en vez, con otro aroma. Yo, paradita en la esquina esperando que me cuentes, que me grites, que te acuerdes. Te extrañé y te volví a extrañar hasta que no supe hacer otra cosa. Un día viniste -vestido de pupilas borrosas- a buscarme... a encontrarte. Fue como ayer, como hoy...como siempre. Te disfracé de Silvio, de Pancho, de cualquier borracho de esquina. Recorrimos cielos, mares, miedos, fantasmas. Gritaste de mi garganta, y yo, comí de tus manos. Huiste solo, pero conmigo. Me despertabas de madrugada y yo contenta, susurraba nuestros misterios. A veces me resultan muchos; a veces...sólo un puñado. Conquistamos el absurdo como a nada...como nadie. Te hice quien eres, y tú, me embarazaste de vida.

Somos lágrima, poeta, suspiro, abril y fusil.

Somos, donde estemos...abrigo.

Soy, fui y seré -contentísima y deliciosamente-...............TU guitarra.