Yo no sé quién fue aquel que me dijo que ya no se llora; yo
no sé por qué anduve acusándote ayer de impostora. Si estuviste a un quizás de
quedarte, tal vez que me harte no es cosa de un beso; tal vez fuera que a
ninguna parte o un vuelo hasta Marte prefiero antes que eso.
Si caíste en mi
cama vacía, recuerda que hoy día dejaste tu ruido; pero anoche vio que otra dormía,
que helada temía que sea el que he sido. Lo anterior a mi aborrecerte, a mis
ganas de verte fue un litro de vino; ejecuta impecable la suerte, estoca de
muerte con temple asesino. No estoy ni ayer ni mañana ni la otra semana ni en esta
treintena; así que alza la frente, fulana; y llora con gana, que valga la pena.
Y es que odio el odiar el dilema ¿canción o poema? ¿Yo supe
o sabré?...no le halaga a mi lengua blasfema que muerto el sistema le aplauda
de pie...