Bienvenido. Lee de abajo hacia arriba. O de arriba hacia abajo. O como quieras. O no leas.



miércoles, 2 de septiembre de 2009

Febrero 15


Frente al espejo y sin mirar mucho alcanzó a ver rezagos de las sobras. Las sobras del amor que comen algunas flores nocturnas (Silvio dixit) y que hoy nos susurran que hubo alguien que recuerda vagamente haber oído a lo lejos a un fulano sospechar que alguna vez ese espejo dibujó a un hombre y que andaba alegre. Que a ese hombre una novela de su autoría le quitaba el sueño por las ganas de jamás escribirle un epílogo. Pero la vida (y todos sus enigmas) acechan y atacan sin pedir permiso. Sanseacabó. ¿Pero…por qué? ¿Oe, y ahora? ¿Qué viene después del amor? ¿A qué sabe esta mezcla de adiós y bienvenida? ¿Desde cuándo el masoquismo y tu recuerdo coquetean tanto? ¿Por qué duermen al pie de mi cama? Abrió un ojo a la vez, se dijo “estás tranquilo” y se lo creyó. Se puso su peor cara de lunes y se abrió camino entre tanto recuerdo hasta una puerta que no tuvo miedo de abrir. Caminó sacudiéndose frases ajenas y la costumbre de hablar en plural. En la esquina de “olvídate” con “lúchala” sintió miedo, pensó poco y una sombra lo devolvió a su casa, masticando más preguntas que respuestas. Tomó sus dos medias tazas de café sentado ahí, al costadito de su ausencia. Oyó un sinfín de “Dios sabe por qué hace las cosas” y “vas a ver que todo va a estar mejor” como si de clichés se alimentara uno. Sobrevivir fue su nuevo apellido y el cajón del otro lado de la cama, el pseudorefugio de un fantasma que vivía en todos lados; o casi todos, que no es lo mismo, pero es igual.

Algo así son los días (en technicolor) de un tipo que, con la sorpresa de un estornudo, vio finiquitadas sus ilusiones con una mujer, su mujer…esa… sí, esa… la coprotagonista de su álbum familiar. Pasó por el trance de botar las cajas de zapatos con las fotos y los cachivaches que en algún momento no lo fueron. En un brote de populismo me da por destrozar las teclas de mi laptop para elevar mi voz ante un tema tan propio y a la vez tan compartido. Y es que encuentro difícil de creer que haya alguien en este mundo o en cualquier otro que no haya pasado por esto, y si lo hay, es muy probable que haya andado por la vida provocando rompimientos por el terror incontrolable que le provoquen uno. Pero como son muy pocos, los despreciaré, sino, que levanten la mano (gracias Grupo 5).

Pasa de cuando en vez que nos vemos accionistas únicos de una libertad forzada que viene con tanta violencia como inutilidad. Libertad. Un ideal que llevó a tantísima gente en tantísimos lugares y por tantísimo tiempo a morir y matar. Y ese día, entre dos miserables personas, en ese metro cuadrado, en cuestión de segundos, te importa menos que el PBI per cápita de Bangladesh. Simplemente no la quieres. No te sirve. “¿Para qué quiere la libertad en la luna un tigre?” (R.A).
El quid del asunto no está en ningún lado. Si pensaste que leyendo mi blog encontrarías una conclusión, una ayuda, un tip, te equivocaste.
El amor, al nacer y morir de ti y de mí, nos ha heredado todo y resulta tan estúpido, precioso, imperfecto, implacable, simple y complicado, nervioso, dubitativo, cobarde y maravilloso como nosotros mismos.
Después de tanto adjetivar, surge la pregunta inevitable: ¿Por qué nos enamoramos? Sinceramente no lo sé. Maybe because it tastes too damn good.
Bye.

PD: leí el final y me sonó mejor en inglés.

2 comentarios:

  1. Y yo, a mi vez, te aconsejo que vivas, éso solamente vivas como tú sabes, siendo tú mismo. Tu alma gemela llegará sola, y no se apurará porque tú te afanes...

    Tu tocayo.

    ResponderEliminar
  2. asi pasa cuando sucede...no hay seguros, no hay atajos, no hay salidas ,mucho menos respuestas ni consuelos.. las frases cliche solo te dan aliento por un minuto y uno muy breve.. el por que nos enamoramos o peor aun, porque se rompen corazones no existe.. no todo tien una razon de ser pero siempre un despues, que trae consigo una busqueda de los pedazos rotos, muchos puchos, largas e interminables charlas, catarsis y posibles respuestas consuelo para al final de todo decirte a ti mismo dpues de un tiempo de reflexion y un par de noches diferentes... ¿era realmente necesario vivirlo para contarlo?? ..mm pues si, parece que si.. al final mirar atras no es tan dificil despues de haberle ganado la batalla, la guerra sera un poco mas larga y la nostalgia es parte e vivir.

    ResponderEliminar