Acá ya es 28 de julio. Acá, donde ningún peruano había
estado jamás. Acá, donde no hay ni tacu-tacu, ni curichi de
aguaje, ni Valicha, ni choclo con queso, ni Zambo Cavero, ni
espéramenelsuelo. Acá, donde hay canguros gordos al lado de un camino que nada
sabe de perros flacos. Acá donde no hay pobreza, ni desilusión, ni
guitarras, ni quenas, ni Congas, ni combis, ni chistecitos de piuranos.
Acá es 28 de julio y no hay nada ni rojo, ni blanco, ni
rapidito, ni para ayer. No hay ni cole'pato, ni Cañón del Pato, ni arroz con
pato, ni a quién echarle el pato. No hay ningún santito al que tocar, ningún
vecino al que aguaitar, ningún mundial al que clasificar. No hay "Somos
libres", ni "aquicito nomá", ni mucho menos "Ya jefe, cómo
es?".
En las esquinas no hay tío emolientero, ni sapo ojeando el
periódico, ni chino atendiendo en la bodega. En los campos no hay espaldas
dobladas, ni infinidad de semillas, ni chullos sudorosos. En los ríos no hay
peque-peques con comercio, ni Yacumamas de leyenda, ni lavanderas
restregando.
No hay Perú y lo extraño. No hay Perú y me da pena. No hay
Perú.
Acá ya es 28 de julio y no hay Perú.
Acá ya es 28 de julio y lo único peruano que veo está en el
espejo. Si soy representante del Perú...no lo creo. No puedo representar al
peruano que nunca fui, al que no vivió como yo. Eso. Eso que nos une y que nos
separa tanto.
Acá ya es 28 de julio, y cómo me duele el Perú. Al lado...al ladito
del esternón.
Qué bonito :)
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